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Thierry Henry se tomó su tiempo para evaluar los pros y los contras antes decidirse. ¿Debía hablar o no? ¿Debía dejar que el tiempo hiciera lo suyo? Desde la clasificación de Francia para el Campeonato Mundial, después de su mano contra Irlanda en Saint Denis, y su paso por la sala de prensa, sus únicas palabras habían llegado en un comunicado redactado en inglés que fue transmitido por su agente y su abogado, los dos ingleses, y difundido por los canales de televisión al otro lado de la Mancha, BBC y Sky. ¿Por qué un comunicado en inglés? Cómodamente instalado en el living de su domicilio barcelonés, el mejor goleador de la selección francesa (51 goles), de 32 años, explicó lo sucedido en ese partido ante los irlandeses. Sin bronca pero con determinación. También contó que pensó en dejar a Les Bleus, pero después cambió de opinión.

El jugador del Barsa no olvidó las desafortunadas declaraciones de algunos o el apoyo muy tardío de su Federación. El tiempo hará lo suyo, sin duda. Pero Henry lo dice: él no olvidará.


­ Con más distancia, ¿cómo analiza la polémica que se ha generado a su alrededor?
­ Fue muy duro. Todo salió de una jugada para terminar muy lejos. Demasiado lejos. Oí a algunos que daban lecciones en ese sentido, cuando lo cierto es que yo dije que lo lamentaba, en la cancha y afuera.


­ ¿Es lo que le dice a Richard Dunne al final del partido?
­ Por supuesto. Jugué muchas veces en contra de él. Pero después de haber jugado durante más de seis años como contrarios (en Inglaterra) me pareció normal ir a decirle que lo lamentaba.


­ ¿No lo hizo para la foto?
­ Qué va... Me importa un comino la foto... Después de haber perdido una final de la Copa en circunstancias similares (frente a Liverpool, 1-2, 2001), sabía lo que sentían los irlandeses. Por eso, lo mínimo que podía hacer era ir a disculparme. Él lo aceptó.


­ ¿Qué pasó en la final?
­ Ese día, no le cobraron una mano a un jugador de Liverpool (Stéphane Henchoz) en la línea.

Fue una jugada. Muchos estábamos decepcionados porque el árbitro no la vio. Pero nadie se la agarró con el jugador en cuestión.


­ ¿Le reprochan también haberse excedido celebrando por la clasificación de Francia?
­ Eventualmente, pueden reprocharme mi explosión después del gol. No tendría que haber hecho eso. Pero francamente, es incontrolable. Después de todo lo que habíamos pasado... Eso sí lo lamento. Por eso enseguida voy a saludar a los irlandeses uno por uno. Y después, no fuimos a festejar. Ni siquiera en el vestuario.

Tampoco hay que andar diciendo de todo y cualquier cosa.

­ ¿Se sintió apoyado en esta circunstancia?
­ Fuera de mis allegados y la gente que se puso en contacto conmigo, para nada. Al día siguiente del partido, e incluso al otro día, me sentí solo, realmente solo. Recién después de enviar mi comunicado la gente de la Federación francesa dijo algo.


­ Justamente, ¿por qué emitir un comunicado en inglés y no en francés?
­ Mi abogado y mi agente son ingleses. Era urgente. Por razones personales, que me incumben solo a mí. No puedo decir nada más.


­ Su comunicado cayó justo después de que la FIFA se negó a jugar nuevamente el partido.

­ Con mi abogado estuvimos trabajando en ese comunicado sin saber que la Federación Internacional respondería ese mismo día sobre el tema. Fui al entrenamiento mientras el abogado se quedaba afinando los últimos detalles del texto. Yo no estaba al tanto.


­ ¿Cuál fue la reacción qué más le chocó?
­ No sé. En cambio, quiero agradecer a todos los deportistas que me apoyaron. Realmente, eso me conmovió.


­ Muchos grandes jugadores como Maradona o Messi hicieron goles con la mano, festejándolos. ¿Le parece que hay una desproporción entre su gesto y lo que vino después?
­ En un momento dado, creí que había hecho algo gravísimo. Después del partido, fui a la conferencia de prensa para decir que había sido mano. Podría muy bien haberlo dejado pasar sin decir ni una palabra. Pero no eludí mis responsabilidades.


­ Algunos habrían deseado que se lo hubiera dicho al árbitro durante el partido Estaba en una situación en la que de todos modos no podía ser ganador.


­ ¿Cree que este asunto puede arruinarle el final de la carrera?
­ Francamente no, no creo que todo lo que hice hasta ahora sea manchado por una jugada.


­ ¿Es cierto que pensó en abandonar la selección francesa?
­ Claro que sí. El viernes, dos días después del partido, cuando todo llegó tan lejos, me di mucha manija. Y no es la primera vez. Después del Mundial 2006, lo pensé pero era demasiado pronto. Después del Euro 2008, también, pero no era el momento. Había una generación que me necesitaba. No podía. Pese a todo lo que acaba de pasar, el hecho de sentirme abandonado, no dejaré a mi país.


­ ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?
­ Reflexioné. Había mucho para reflexionar. Evalué mi futuro con el Barsa para ir a jugar lesionado a la selección. En cuanto a eso, nunca agradeceré lo suficiente al coach (Josep Guardiola) y al público del Barsa por el apoyo que me brindaron. Yo no podía doblar la rodilla. Pero era imposible parar cuando jugábamos por la clasificación. Siempre vine a luchar por Les Bleus . Como un perro. Nunca robé una selección. Siempre traté de decir: presente. Sí, me lo pregunté. Sin el apoyo de mis allegados, no habría hecho la misma reflexión. Pero acá, decidí: lucharé siempre hasta el fin. Si bien lo que pasó quedará grabado. Uno siempre puedo perdonar, pero no siempre puede olvidar.


­ ¿Eso significa que tiene por delante algunos ajustes de cuentas?
­ Llamaré a los que tenga que llamar. En general, se juzga sin tener todos los datos en la mano.


­ ¿En quién está pensando?
­ No tengo por qué dar nombres.

Se reconocerán.


­ El sábado, luego del partido con Irlanda, ¿sintió aprensión al volver a la cancha en Bilbao con su club (1-1)?
­ No. El público silbó cuando entré a jugar pero fue legítimo. En cambio, todos los entrenadores españoles me defendieron. Hasta los jugadores del Barsa estaban escandalizados por lo que pasaba en Francia.


­ ¿Se refiere a que no habría estallado semejante polémica si usted llevara los colores de otra selección?
­ No. No lo sé ni quiero pensarlo.

Soy francés y me siento orgulloso de serlo.


  • Traducción de Cristina Sardoy

    Vía Diario Clarín


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